AEROPUERTO, 19:45: Devuelvo el Skoda Roomster. La empleada de Hertz me confunde con un guiri y me habla en inglés. "Ayer me hablabas castellano y también te entendía", le he dicho. Se ha puesto roja como un tomate (canario) y me ha replicado, "Disculpe, es que usted da el cante". Tralará.
AEROPUERTO, 20:00: De momento aún no me dejan facturar el equipaje, porque Vueling vuela con más de dos horas de retraso. Y me he sentado en la butaca más confortable del Aeropuerto de Gran Canaria.
AEROPUERTO, 21:00: Una auténtica guiri me pide ayuda. La señora es "from Sweden". Se ha quedado sin saldo en su móvil y me pide que le envíe un sms a su hermano. Envío el sms. Al cabo de un rato (que se hace eterno) recibe una llamada. Ella (la guiri real) sonríe y le da las gracias al falso guiri (o sea, a mí).
AEROPUERTO 21:15: Por fin, facturo. 14,5 kgs la maleta. Le pregunto al azafato si puedo elegir. "Claro, sólo van 70 pasajeros en un avión con más de 200 plazas". "Entonces elijo pasillo en asiento ventana de emergencia". "Señor, este asiento en Vueling tiene un suplemento de 13 Euros". Ah. Me quedo pensando. "Deme el asiento que quiera entonces".
AEROPUERTO 21:30: Paso por el escaner. Pita. "Take off the shoes", me dice el guardia en perfecto inglés acanariado. Otro, otro que me toma por guiri. Van tres. Es igual, con zapatos o descalzo, todo pita igual. Será el Titanio de los empastes. O la medallita de plata de cuando la primera comunión. Eso será.
AEROPUERTO 21:45: Tomo un "tendercrisp" en el Burguer King del Aeropuerto. ¡Ya puestos, igual que los guiris!
AEROPUERTO 21:55: Hablo con mi mujer y con mi hijo. Les doy pena.
AEROPUERTO 22:00: Una hora de reloj hablando por el móvil con López, compañero de avatares, hacen que mi oreja se ponga al rojo vivo. Él baja hacia Sevilla y también tiene tiempo.
AEROPUERTO 23:00: Me he situado frente a la pantalla informativa, que indica el embarque a las 0:00. O sea: ¿no hay embarque? Lo siento: el desquicio ocasiona chistes malos. En "internete" Aena da más información. Dice que el embarque es a las 0:00, que la salida es a las 0:30, que la culpa es del avión que antes de pasar por Valencia vino de Amsterdam y que allí lo marearon los controladores franceses, que se embarcará por la puerta A23 (¡esto no lo sabe ni la pantalla del aeropuerto!); y que el comandante se llama Perico.
AEROPUERTO 23:05: Me llama mi mujer para darme ánimos.
AEROPUERTO 23:15: ¡Han apagado unas cuantas luces del aeropuerto! Y más de uno se ha estirado en los asientos. ¿Pondrán ahora la canción "vamos a la cama" para motivar a los cuatro gatos que se ven por aquí?
AEROPUERTO 23:16: ¡LA PONEN! ¡LA PONEN! Vamos a la cama que hay que descansar...para que mañana podamos madrugar... ¡Increíble!
AEROPUERTO 23:17: Desmiento el punto anterior. He debido ser yo y mi primera cabezada.
AEROPUERTO 23:20: Me llama Obama. Para darme ánimos.
AEROPUERTO 23:20: Desmiento la información anterior. Era otra cabezada.
AEROPUERTO 23:24: Los que van a Amsterdam se van por la puerta A23 (curioso: debe de ser la puerta abierta por las noches). ¡¡No os vayáis, por Dios, con la compañía que nos hacíais...!!
AEROPUERTO 23:30: Retiro lo dicho a las 20:00 horas. Me clavo la rabadilla en esta puñetera butaca.
AEROPUERTO 23:33: "Attention, please: Rogamos al señor no he entendido bien el nombre, pasajero del vuelo Transavia 196, se presente urgentemente en la puerta A23". Aquí a mi izquierda hay un tío roncando. ¿Será él?
AEROPUERTO 23:35: Pues no, no era él. El dormilón sigue durmiendo. Y un señor pequeñín ha salido corriendo no se sabe de dónde, con la tarjeta de embarque en la boca, y una maleta de las que no se facturan, pero luego no caben en los estantes de los aviones.
AEROPUERTO 23:40: La pantalla varía. Se va Amsterdam, se va, se va. Y Valencia sube una posición. Y le adjudican la puerta...¡A29! Estos de Aena en internete no se enteran, desde luego. Ahora toca moverme, porque yo estaba aquí, en la A 23.
AEROPUERTO 23:44: Saludos cordiales, desde la puerta A29. El asiento está fres-qui-to.
AEROPUERTO 23:50: ¿He saludado? El asiento estaba fresquito. Pero ya no. Y los del Burguer barren el suelo a ritmo de bacalao. Chunta-chunta-pum.
AEROPUERTO 23:51: Me parto yo solo. La pantalla anuncia con destellos deslumbrantes que para Valencia hay una "New Gate". ¿Cuál será? Tachín-tachín:¡¡¡La A23!!!! Hay procesión a estas horas de una punta a la otra del aeropuerto. Oigo a alguien que, en valenciá de l'horta, "se caga en la mare que els ha parit". Je, je, je. Hale, me voy a ver si el asiento de antes se ha enfriado.
AEROPUERTO 23:56: La cola llega hasta el infinito y más allá. ¿Aquí era donde había 70 personas? He contado 40 y pico, pero abultan más. Es que están todos en la cola, menos yo., que me he sentado donde antes.
AEROPUERTO 23:58: Un señor azafato se sienta en la mesa del mostrador A23. Suena la megafonía y... ¡mecachis! es para otra cosa, para que por nuestro propio interés mantengamos nuestras pertenencias controladas en todo momento. Durante unos segundos, todos aprietan más el bolso.
AEROPUERTO 00:05: Aquí ya ha cambiado el día. Es Jueves también. La megafonía nos avisa. ¡Vueling Airlines 3089 to Valencia! ¡Bien, Bravo, Yupi! La cola empieza a moverse. Yo despido la conexión.
AEROPUERTO, 20:00: De momento aún no me dejan facturar el equipaje, porque Vueling vuela con más de dos horas de retraso. Y me he sentado en la butaca más confortable del Aeropuerto de Gran Canaria.
AEROPUERTO, 21:00: Una auténtica guiri me pide ayuda. La señora es "from Sweden". Se ha quedado sin saldo en su móvil y me pide que le envíe un sms a su hermano. Envío el sms. Al cabo de un rato (que se hace eterno) recibe una llamada. Ella (la guiri real) sonríe y le da las gracias al falso guiri (o sea, a mí).
AEROPUERTO 21:15: Por fin, facturo. 14,5 kgs la maleta. Le pregunto al azafato si puedo elegir. "Claro, sólo van 70 pasajeros en un avión con más de 200 plazas". "Entonces elijo pasillo en asiento ventana de emergencia". "Señor, este asiento en Vueling tiene un suplemento de 13 Euros". Ah. Me quedo pensando. "Deme el asiento que quiera entonces".
AEROPUERTO 21:30: Paso por el escaner. Pita. "Take off the shoes", me dice el guardia en perfecto inglés acanariado. Otro, otro que me toma por guiri. Van tres. Es igual, con zapatos o descalzo, todo pita igual. Será el Titanio de los empastes. O la medallita de plata de cuando la primera comunión. Eso será.
AEROPUERTO 21:45: Tomo un "tendercrisp" en el Burguer King del Aeropuerto. ¡Ya puestos, igual que los guiris!
AEROPUERTO 21:55: Hablo con mi mujer y con mi hijo. Les doy pena.
AEROPUERTO 22:00: Una hora de reloj hablando por el móvil con López, compañero de avatares, hacen que mi oreja se ponga al rojo vivo. Él baja hacia Sevilla y también tiene tiempo.
AEROPUERTO 23:00: Me he situado frente a la pantalla informativa, que indica el embarque a las 0:00. O sea: ¿no hay embarque? Lo siento: el desquicio ocasiona chistes malos. En "internete" Aena da más información. Dice que el embarque es a las 0:00, que la salida es a las 0:30, que la culpa es del avión que antes de pasar por Valencia vino de Amsterdam y que allí lo marearon los controladores franceses, que se embarcará por la puerta A23 (¡esto no lo sabe ni la pantalla del aeropuerto!); y que el comandante se llama Perico.
AEROPUERTO 23:05: Me llama mi mujer para darme ánimos.
AEROPUERTO 23:15: ¡Han apagado unas cuantas luces del aeropuerto! Y más de uno se ha estirado en los asientos. ¿Pondrán ahora la canción "vamos a la cama" para motivar a los cuatro gatos que se ven por aquí?
AEROPUERTO 23:16: ¡LA PONEN! ¡LA PONEN! Vamos a la cama que hay que descansar...para que mañana podamos madrugar... ¡Increíble!
AEROPUERTO 23:17: Desmiento el punto anterior. He debido ser yo y mi primera cabezada.
AEROPUERTO 23:20: Me llama Obama. Para darme ánimos.
AEROPUERTO 23:20: Desmiento la información anterior. Era otra cabezada.
AEROPUERTO 23:24: Los que van a Amsterdam se van por la puerta A23 (curioso: debe de ser la puerta abierta por las noches). ¡¡No os vayáis, por Dios, con la compañía que nos hacíais...!!
AEROPUERTO 23:30: Retiro lo dicho a las 20:00 horas. Me clavo la rabadilla en esta puñetera butaca.
AEROPUERTO 23:33: "Attention, please: Rogamos al señor no he entendido bien el nombre, pasajero del vuelo Transavia 196, se presente urgentemente en la puerta A23". Aquí a mi izquierda hay un tío roncando. ¿Será él?
AEROPUERTO 23:35: Pues no, no era él. El dormilón sigue durmiendo. Y un señor pequeñín ha salido corriendo no se sabe de dónde, con la tarjeta de embarque en la boca, y una maleta de las que no se facturan, pero luego no caben en los estantes de los aviones.
AEROPUERTO 23:40: La pantalla varía. Se va Amsterdam, se va, se va. Y Valencia sube una posición. Y le adjudican la puerta...¡A29! Estos de Aena en internete no se enteran, desde luego. Ahora toca moverme, porque yo estaba aquí, en la A 23.
AEROPUERTO 23:44: Saludos cordiales, desde la puerta A29. El asiento está fres-qui-to.
AEROPUERTO 23:50: ¿He saludado? El asiento estaba fresquito. Pero ya no. Y los del Burguer barren el suelo a ritmo de bacalao. Chunta-chunta-pum.
AEROPUERTO 23:51: Me parto yo solo. La pantalla anuncia con destellos deslumbrantes que para Valencia hay una "New Gate". ¿Cuál será? Tachín-tachín:¡¡¡La A23!!!! Hay procesión a estas horas de una punta a la otra del aeropuerto. Oigo a alguien que, en valenciá de l'horta, "se caga en la mare que els ha parit". Je, je, je. Hale, me voy a ver si el asiento de antes se ha enfriado.
AEROPUERTO 23:56: La cola llega hasta el infinito y más allá. ¿Aquí era donde había 70 personas? He contado 40 y pico, pero abultan más. Es que están todos en la cola, menos yo., que me he sentado donde antes.
AEROPUERTO 23:58: Un señor azafato se sienta en la mesa del mostrador A23. Suena la megafonía y... ¡mecachis! es para otra cosa, para que por nuestro propio interés mantengamos nuestras pertenencias controladas en todo momento. Durante unos segundos, todos aprietan más el bolso.
AEROPUERTO 00:05: Aquí ya ha cambiado el día. Es Jueves también. La megafonía nos avisa. ¡Vueling Airlines 3089 to Valencia! ¡Bien, Bravo, Yupi! La cola empieza a moverse. Yo despido la conexión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario