domingo, 9 de enero de 2011

La voz en "off"


I

Qué tal, Eloy. Te veo contento. ¿Qué canción estás silbando? Me suena muchísimo. Ah, la de la pantera rosa. Te sale muy bien. Parece que has tenido un buen día. No ha estado mal, ¿eh? Has debido tener muchas ventas. En todo caso, si no son muchas, serán pocas pero muy buenas. Eso sí. Este mes vas poder llevarte una comisión importante. Que siempre viene bien para tapar agujeros. Y a estas alturas quién no tiene socavones en su economía… Enhorabuena entonces, Eloy. Felicidades. Habrá que celebrarlo. Con una buena comida. ¿Te estás mirando los michelines en el reflejo de ese escaparate? Entonces celébralo con algún caprichito electrónico que no engorde. Pero conste que parece que tienes hambre. Se te iban los ojos detrás de la magnífica uva expuesta en esa frutería. Bueno, lo principal es que se ve que tú eres un profesional de pies a cabeza. Que no te arrugas. Y que te dedicas en cuerpo y alma a tu trabajo. Es que eres un genio en lo tuyo… Pero, ¿hacia dónde vas ahora, Eloy? ¿A recoger el coche? No vayas a perder la concentración por mi culpa. Ah, ya: has aparcado un poco lejos para ahorrarte el parking del centro. Es una pasta. Bien pensado. Además, caminar un poco no te viene mal. Así haces ejercicio. ¿No era por allá? Ahora dudas. Lo mismo te has pasado de calle. Aquí parecen todas iguales. Y es fácil confundirse. Mejor si vuelves hacia detrás. Disculpa Eloy, andas un poco encorvado. Ahora menos. Un poco más erguido. Más, ponte más tieso. Fenomenal, así mejor. Como si te hubieras tragado un cucharón. Perfecto, Eloy. Ahora sí que vas bien. Menudo porte y menuda percha la tuya. Espero que no llueva ahora, porque parece que no llevas paraguas. Ah, te da igual. A ti, plim. Ya te has mojado antes. Llevas la chaqueta empapada. Vaya, si antes lo digo, antes empieza el chaparrón otra vez. Espero que no te acatarres por esto. ATTCHIIIIIIIS. Oh, vaya, parece que te has resfriado ya. Son las bacterias, que siempre están a punto. Suénate el moquillo, hombre. Bueno, tendrás ya el coche cerca. Corres un poquito y ya está. Pero cuidado con… chof… los charcos, que son muy traicioneros. Te lo he advertido. ¿Lo dejaste por aquí? ¿Ahí mismo? ¿Qué pasa, Eloy, por qué pones esa cara? ¿Ése es tu coche? Corrijo la pregunta ¿Ése era tu coche? Vaya, vaya tela. Cómo lo han dejado. Pobrecito. Lo han rayado de parte a parte con un destornillador. A muy mala leche. Lo tenías nuevo, ¿No? ¿Seis meses? ¿Menos? ¿Cuatro? ¿Menos aún? ¡Dos meses y medio! Eloy, se han ensañado a lo bestia. Qué faena. Por los laterales, por el capó, el techo y el portón. ¿Y las ruedas? Las ruedas también: están rajadas. Las cuatro. Hasta han hecho un nudo con el palo de la antena. Con perdón de la palabra, qué cabronada. Calma Eloy, los nervios no llevan a ningún camino bueno. Calma. No entiendes por qué lo han destrozado así. No. Esto es hacer mal por hacer mal. Vale, lo digo en crudo: es joder por joder. ¿Te gustaría pillar por delante al cafre que lo hizo? ¿Y te gustaría tener un destornillador en la mano, delante del cafre que lo hizo? ¿Y le rayarías de arriba abajo? ¿Ah, no? ¿Eso no? ¿No lo rayarías de arriba abajo? ¿Pero lo rayarías? Sólo en parte. En una parte concreta. Ahí, ahí abajo. En los huevos. Queda claro. Y en el culo. En el agujero del culo también. Eloy, qué te pasa. Qué vas a hacer. Contente. Contente, hombre, que te va a dar algo. Bueno, vale, grita, pero grita bajito, que los que te vean van a pensar que estás loco.

II

Hola, hola otra vez, Eloy. Veo que sales aún ahora de la comisaría. No traes buena cara. Ya: vienes de formalizar la denuncia. Pues te han tenido un montón de rato ahí dentro. Una hora por lo menos. ¿No? Pues dos. ¿Tampoco? ¡Tres horas nada menos…! ¿Es que había mucha cola de gente denunciando delante de ti? Así está la seguridad ciudadana. ¿Crees que esto va a servir de algo? Claro, no lo puedes saber ¿Tenían alguna pista? Alguna no, bastantes. Eso es que te han enseñado fotos de posibles sospechosos. Muchas. Un álbum entero. ¿Y has reconocido a alguien? ¿Sí? ¿Estás seguro? ¿Crees que podría tratarse del “raja coches”? Bien, bravo, si dices que sí, ya está el asunto encarrilado. Al menos se hará cargo de los desperfectos y le meterán una multa que se le quitarán las ganas de volver a rayar nada. Pero no te noto muy contento. No, desde luego no estás dando saltos de alegría. Qué te pasa, Eloy. Por qué pones esa cara. Esta mañana decías que si te ponían al cafre delante, le rayabas los huevos. Sí. ¿Y ahora?, ¿Y si te lo pusieran ahora? Ahora no. Ahora no le rayarías nada. Ya. Eso es porque lo conoces. Sí. Sabes quién es. Ya. Eso cambia las cosas. Porque a lo mejor hasta le tenías aprecio. No. Vale, vale. No lo aprecias nada. Te cae fatal. Entonces… tú sigue andando, sigue, que yo ya voy entendiéndote a cada paso. Pero enderézate que vuelves a ir encorvado. Entonces… si no lo aprecias, pero tampoco le rayarías los huevos es porque… porque… ya está: porque aprecias a alguien que le aprecia. Efectivamente, Watson. Es por eso. El triángulo isósceles de los aprecios. Dos lados iguales, y uno desigual. El del cafre que raya el coche. No me mires así, si está muy claro. Y con estos mimbres, tenemos dos personas que encajan. Tu amiga del alma Patri. Y su pareja, el descerebrado de Valentín. No hace falta que digas nada. Entra, entra en la farmacia, que yo sigo desenmarañando el tema. No vas a acusar a Valentín, porque inmediatamente el drama repercutiría en Patri de forma directa. Sería ella la que acabaría pagando los platos rotos. Ya se entiende. Pero déjame que te haga ver que… ¿Esparadrapo? ¿Por qué compras esparadrapo ancho? ¿Alguna heridita tal vez? Oye, qué vas a hacer, dónde vas con eso… que NOOO PUEEEDOOO HHAAABLAARRREOOOLOOYYY!!!







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