Moldeo relatos, o mejor, ocurrencias. Van encabezados por una fotografía que, normalmente, está cogida con pinzas. Siguen el orden de mis inquietudes. Comparten escenarios. La atropellada ciudad de Mardebé. El sosegado pueblo de Gorroperdido. O, entre ambos, la población dormitorio de Mediavilla. Los nombres de sus protagonistas han dado ya varias vueltas al santoral. Y sus historias transcurren en un suspiro o se comprimen en toda una vida. Bienvenidos. Gracias por entrar aquí, en "El libro de las Ocurrencias".